Description: Allá donde nos lleven las olas. Allá seguro que hay un paraíso./ Where waves take us, there will be a paradise surely.
Entrábamos al país carioca casi de milagro, porque las colas en la aduana de Tabatinga eran insufribles. Embarcamos los últimos en el barco, por lo que el registro, aunque exhaustivo, no llegó a los límites que leímos en internet, aunque volverían a repetirse varias veces más a la llegada a otros puertos. Y como fuímos los últimos, ya no quedaban buenos sitios para colgar la hamaca.
En estos barcos, el viaje se hace en un espacio común donde cada cual cuelga su propia hamaca. Hay que tener cuidado con las cosas, pero el ambiente es agradable y es fácil encontrar locales y viajeros para pasar el rato. Pero eso de navegar el Amazonas suena mucho más romántico y aventurero de lo que en realidad es. El paisaje es monótono, aunque los atardeceres y las estrellas son espectaculares. La comida no es mala, pero el tercer día ya resulta pesadita. Se pueden avistar delfines, y bajar en cualquie
Son casi 2.000 kms los que separan Tabatinga de Manaos. Para nosotros es el Amazonas, para ellos es el Solimões, que sólo cuando se une al río Negro es puramente Amazonas. Y es ahí, en ese encuentro entre los dos ríos, ya casi llegando a la capital del Estado de la Amazonía de Brasil, cuando ocurre la magia.