Torre de Reixes encarna la arquitectura y el entorno de las casas nobles de la antigua huerta de Alicante. Este emblemático espacio ha sobrevivido, conservando su estructura y noble construcción, a los grandes cambios paisajísticos y arquitectónicos del siglo XX. Su obra originaria es muy anterior, allá cuando la huerta alicantina se fortificó para defenderse así de los ataques de piratas berberiscos. Siglos después, las torres se conservaron como signo de prestigio en el paisaje.
Su torre obedece a los parámetros formales de la arquitectura local del siglo XVI . Junto a ella, se levantó una vivienda de notable singularidad arquitectónica. Las tres grandes ventanas que se abren al viejo camino de Benimagrell, protegidas por rejas, le dan nombre a la finca y al restaurante.
A mediados del siglo XVIII, la huerta alicantina era un mar de viñedos, que convertidos en vinos, partían en toneles desde el puerto a sus destinos europeos. El vino denominado Aloque, destinado al consumo propio, se guardaba en las casas-torre, entre ellas, en Torre de Reixes .